Nuevo Fiat Panda Sport: Híbrido de primer precio

Hace unos meses, buscamos para un vídeo que podéis ver clicando en este enlace, cuáles eran los coches más baratos que podían comprarse en nuestro mercado. Para ello consultamos las webs de los fabricantes y aplicando todos los descuentos habidos y por haber, en aquel momento, el coche más barato era el Fiat Panda en su versión de gasolina sin hibridar. Hoy ese coche ya no existe puesto que todos los integrantes de la nueva gama Panda se mueven con el mismo motor de gasolina de 69 CV con hibridación ligera, pero nos dimos cuenta de que no habíamos hecho ninguna prueba del Fiat Panda y pensamos que la llegada de esta variante híbrida, que exhibe la etiqueta Eco de la DGT podía ser un buen momento para descubrir este Fiat 100% urbano así que, hoy toca probar el Panda en su versión Sport. Sin opciones, en la web de Fiat se anuncia por 10.411 euros siempre, eso sí, que se financie el importe completo a un TAE del 12 y medio por ciento. ¿Precio al contado? 12.105 euros.

El Fiat Panda es un coche del llamado segmento A, es decir, el más pequeño del mercado. Mide 3,65 metros de largo por 1,65 de alto y 1,55 de alto, tiene una distancia entre ejes de 2,30 metros y pesa 1.055 kilos. La unidad probada corresponde al acabado Sport que se caracteriza por montar las llantas más grandes que puede montar un Panda, de 16 pulgadas, calzadas con neumáticos 195/45 R16, y por tener las carcasas de los retrovisores y las manecillas de las puertas en el mismo color de la carrocería en lugar de en color negro.

En el reciente rediseño del coche, el Panda ha cambiado sus parachoques, ha incorporado algún color nuevo, como el gris Sfrenato de nuestro coche, que exige un desembolso extra de 364 euros y el look deportivo puede completarse con pinzas de freno en rojo, homenaje al Panda 100 HP de la generación anterior, que cuestan 208 euros o los cristales sobretintados traseros, que valen 108 euros.

En el interior, el Panda ha cambiado. El motivo ha sido la inclusión de una nueva pantalla de 7 pulgadas de serie que permite gestionar el equipo de sonido y el teléfono y que es compatible con Apple Car Play y Android Auto. Está bien situada, es bastante grande, tiene unos buenos gráficos y, al ser compatible con el software de los móviles podemos usar las aplicaciones de navegación más habituales. O, de lo contrario, podemos poner el navegador en el propio móvil y colocarlo en un hueco sobre la pantalla para consultarlo.

El salpicadero combina el color antracita con la parte superior negra, es de plástico duro y tiene la palanca del cambio colocada en una consola bastante elevada, de manera que queda muy a mano. Todos los botones tienen un agradable diseño cuadrado con los contornos redondeados, tanto en la consola como en el volante. Esta forma se repite en el diseño de la instrumentación, que es analógica.

A juego con las pinzas de freno en rojo y también de manera opcional, la versión Sport puede tener las costuras de los asientos y del volante en rojo .El Panda tiene múltiples huecos para objetos, tanto en la consola como en la parte del salpicadero situada frente al acompañante, con la guantera habitual cerrada y otro espacio abierto de notable capacidad.

Y como coche sencillo y de primer precio que es, tiene algunas lagunas en lo que podríamos llamar, la ergonomía. Por ejemplo, el volante solo es regulable en altura, no en profundidad. Para disfrutar de espejos eléctricos hay que pagar 312 euros, aunque nos incluirán, por el mismo precio, los sensores traseros de aparcamiento. También son opcionales la regulación del asiento en altura (104 euros), la regulación en altura de los cinturones o el asidero del acompañante que, costando 10 miserables euros, ya podría ser de serie. Otra cosa un poco rara es la posición de los elevalunas delanteros, en la consola en lugar de en la puerta. Finalmente, también es opcional el climatizador, que cuesta 353 euros. Si no lo elegimos, tendremos, eso sí, un aire acondicionado convencional.

Vamos ahora con las plazas traseras. El Fiat panda es de los pocos coches de este segmento que tiene homologación para cinco plazas y, por lo tanto, tiene el tercer reposacabezas y el tercer cinturón, que está en el techo, pero será difícil colocar a tres personas detrás salvo si son niños en esa edad en que ya pueden dejar de viajar en sillitas infantiles. Por lo demás, el espacio para las piernas es correcto para un coche de este segmento y la cota libre al techo también es correcta. Hay que tener en cuenta que el Panda es un coche pequeño y que, por lo tanto, está bien aprovechado.

Como lo está el maletero. Tiene 225 litros que, sin ser extraordinaria, es una capacidad claramente superior a la de otros coches del segmento A. Un Citroën C1, un Fiat 500, un Renault Twingo o un Toyota Aygo no llegan a 200 litros. En cambio, los coreanos, Hyundai i10 y Kia Picanto y el Suzuki Ignis, ofrecen 255 litros, 30 más. El Panda tiene una bandeja rígida, abatido por partes asimétricas del respaldo trasero y un kit de reparación de pinchazos debajo del piso.

La gran novedad de este nuevo Panda, sin embargo, está bajo el capó delantero. Se trata del motor de tres cilindros y un litro atmosférico de 69 CV que ya conocíamos del Panda que se vendía hasta ahora, pero, que incorpora ahora hibridación ligera, es decir, que incluye una pequeña máquina eléctrica con una potencia de 5 CV que arranca el motor de gasolina y le echa una mano puntualmente en algunas aceleraciones y cuando el coche está a punto de detenerse. El sistema funciona con una tensión de 12 voltios y le otorga la etiqueta eco de la DGT.

Con este motor, el Panda reivindica una velocidad punta de 164 km/h. y una aceleración de 0 a 100 km/h, en 13,9 segundos. Suficiente para moverse en su hábitat: la ciudad. En ella se mueve a su antojo ya que es ágil, se aparca en cualquier sitio y tiene, además, el botón City, que, cuando se activa, incrementa la asistencia de la dirección para que las maniobras puedan hacerse casi con un dedo. La dirección del Panda no es extraordinaria, pero con este truco, en ciudad se conduce sin ningún tipo de estrés.

El motor tiene un rendimiento correcto, sin más. El par es de 92 Nm y se alcanza bastante arriba, a 3.500 vueltas, lo que significa que hay que llevarlo alto de vueltas para sacarle un cierto rendimiento. Y no, aquí no se trata de conducir de manera deportiva sino, simplemente, de que empuje un poco cuando hace falta.

En ciudad no hace falta más. Y menos ahora que la mayoría de las calles están limitadas a 30 por hora, pero en carretera, a este Panda le falta algo de brío. El motor tiene poca potencia y el coche pesa una tonelada. Y se nota. Si lo cargamos, se nos quedará un poco cortito. El problema es que no hay más. La única alternativa es un motor de 0,9 litros y 86 CV, pero ese motor es exclusivo de la versión Cross con tracción integral, el famoso y estupendo Panda 4x4.

El motor, sin embargo, tiene un buen aliado en el cambio de marchas. Manual, por supuesto (el Panda no ofrece versiones automáticas y debería porque en ciudad es lo suyo), y con seis marchas. Eso hace que las primeras sean cortas y se le pueda sacar algo más de respuesta al motor.

Para ser sinceros, la sexta no le hace ninguna falta. En ciudad no se pone nunca, en carretera tampoco y en autopista, solo cuesta abajo ya que a la que empieza un repecho hay que volver a la quinta y, si vamos cargados o el repecho es algo más que un repecho, a la cuarta, pero ya que está, se aprovecha cuando se puede aprovechar para rebajar un poquito más el consumo.

Por lo que respecta al consumo, la marca anuncia una media de 5,2 litros a los 100 para esta versión Sport (la versión Life se queda en 5,1 por sus neumáticos más estrechos). En nuestra prueba conseguimos bajar de cinco litros en autopista a velocidad sostenida. En carretera gasta algo más y en ciudad también. Para todo uso, quedaros con una cifra: seis litros y veréis como por ahí andará casi siempre.

El comportamiento dinámico del Panda es muy satisfactorio. La suspensión ha mejorado con respecto de la generación precedente y respecto del 500 (vídeo con la prueba del Fiat 500 con este mismo motor híbrido), que siempre nos ha parecido un coche muy rebotón. El Panda filtra bien y eso en ciudad se agradece. No es una suspensión muy blanda, pero tampoco es firme y en carretera controla bastante las inercias. También hay que tener en cuenta que esta versión Sport lleva un poco más de rueda y eso en carretera le sienta bien.

Al volante el Panda se muestra como un coche ágil, con un chasis con una puesta a punto correcta. Es verdad que es un coche estrecho y relativamente alto, pero en carretera transmite confianza, entre otras cosas porque el rendimiento del motor no consigue poner en aprietos al chasis más que si nos tiramos puerto de montaña abajo como si no hubiera un mañana, algo poco recomendable en un coche de ciudad.

Fiat tiene una larga historia en la producción de coches del segmento A, de coches pequeños, urbanos, sencillos, económicos de compra y de mantenimiento, perfectos como segundos coches del hogar. Este Panda es justo eso. No tiene el glamour del 500, pero por este precio, es difícil encontrar un coche más honesto.