Ansiedad, miedo y estrés, ¿cómo afecta el coronavirus a la conducción?
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Ansiedad, miedo y estrés, ¿cómo afecta el coronavirus a la conducción?

Sara Soria

Sara Soria

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Son las 8 de la mañana, y es momento de revisar la ambulancia, la limpieza, el material la parte mecánica... Por delante, 24 horas de jornada esperando que llegue un aviso para salir rápidamente a la carretera. Raúl Esquinas es técnico de emergencia sanitaria en la zona norte de Córdoba y uno de los muchos conductores que se ponen al volante con máximo nivel de estrés, sobre todo durante el estado de alarma. “El cansancio se empieza a acumular porque desde que comenzó a extenderse el coronavirus estamos en continuo estado de alarma”, nos dice.

El estrés, el miedo y la incertidumbre por el coronovirus está afectando a la conducción.
El estrés, el miedo y la incertidumbre por el coronovirus está afectando a la conducción.

Como Raúl son muchas las personas que estas semanas tienen que salir de casa para realizar un trabajo que se considera esencial, sanitarios, conductores de autobús urbano, transportistas, bomberos, Guardia Civil, funerarias… Trabajos ya de por sí expuestos a un alto nivel de estrés y que ahora, con el estado de alarma, se ha agravado por la incertidumbre, el miedo al contagio, el cansancio… Una situación que también se traslada a los conductores particulares que, de forma justificada, tiene que coger su vehículo. Y es que el coche particular se ha convertido en el medio más seguro para desplazarnos estos días porque conlleva menor riesgo de contagio que los medios de transporte públicos.

Estrés, distracciones, fatiga… aumenta el riesgo de accidente

El estrés al volante está presente directa o indirectamente en el 20% de los accidentes de tráfico, según apunta la Fundación para la Seguridad Vial (Fesvial). Y aunque la intensidad del tráfico se ha reducido de manera drástica tanto en ciudad como en carreteras interurbanas, se siguen produciendo accidentes, 48 siniestros mortales en vías interurbanas en marzo con 54 fallecidos -casi un 50% menos que en marzo de 2019- y 9 accidentes mortales con 13 fallecidos en los primeros 12 días de abril -frente a 24 accidentes con 25 fallecidos en el mismo período de 2019-, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). No hay duda de que el estrés y la fatiga afectan a la capacidad de conducción, aumentando el riesgo de siniestralidad, una situación que se ha agravado ahora con la expansión del coronavirus.

Hablamos con conductores de ambulancia, de autobús urbano, de una funeraria, con un camionero, bombero, Guardia Civil y con conductores particulares y de VTC para saber cómo les está afectando a la conducción y qué técnicas utilizan para concentrarse al volante y evitar riesgos. Tener estrés es un proceso psicológico normal que ocurre en momentos de exigencia en los que no sabemos cómo responder con claridad, el riesgo está en que éste puede empeorar y convertirse en un problema cuando no sabemos canalizarlo.

Raúl Esquinas, técnico sanitario conductor de ambulancia en la zona norte de Córdoba, se enfrenta a la conducción con peor visibilidad por las medidas de protección que tiene que utilizar.
Raúl Esquinas, técnico sanitario conductor de ambulancia en la zona norte de Córdoba, se enfrenta a la conducción con peor visibilidad por las medidas de protección que tiene que utilizar.

“Con mayor estrés, la emoción interfiere en la atención”

“En época de crisis se va pensando más, ahora estás preocupado por el riesgo de contagiarte tú y a tu familia. El miedo te bloquea y no deja tomar decisiones con claridad mental”, explica Efa Rimoldi, economista de la atención e instructora de mindfulness en el Instituto de Movilidad Sostenible. “Cuando aumenta el nivel de estrés, se reduce el nivel de atención y es entonces cuando la emoción interfiere en la atención”, explica. Y no hablamos solo de conductores profesionales, también de conductores que tienen que ir cada día a su puesto de trabajo o a conductores que de forma justificada utilizan el coche para ir a la compra o a una gestión al notario, entre otras actividades.

“Desde que empezó el estado de alarma he tenido que conducir dos veces. La primera vez tenía la sensación de ir haciendo algo malo por salir de casa, me sentía como una delincuente y me dio por conducir deprisa para terminar cuanto antes, un error, pero en ese momento actué sin pensar. En la segunda ocasión, tras muchos días sin salir de casa, noté cierto mareo, una sensación como de ir flotando, yo creo que porque en casa no miramos a larga distancia. En cambio, iba más tranquila, con los nervios típicos por la incomodidad de que me parara la policía, aunque llevaba mi justificante”, nos cuenta Cristina S.C.

Con las calles vacías y tráfico muy fluido, algunos conductores tienden a circular a mayor velocidad.
Con las calles vacías y tráfico muy fluido, algunos conductores tienden a circular a mayor velocidad.

Calles vacías, pero no bajes la guardia al volante

En estos momentos, sin apenas vehículos en las calles y carreteras debido al estado de alarma, el estrés del ruido y del tráfico intenso se ha reducido de forma considerable. Todos los conductores con los que he hablado coinciden en que las vías ‘casi’ vacías es lo mejor que ha traído el confinamiento.

“Es como estar anclados en un mes de agosto a las cuatro de la tarde. Llegamos a los sitios más rápido”, nos dice Fernando Hurtado, conductor de VTC que se encarga del transporte de periodistas de TVE, “pero a pesar del poco tráfico no hay que bajar la guardia porque, sobre todo en ciudad, sí he detectado que hay coches que van a una velocidad más elevada”, nos cuenta. Fernando trabaja sin excesivo miedo al contagio porque no sale del coche mientras el periodista está haciendo su trabajo, “sobre todo para evitar el contagio y las preguntas de la policía, algo que siempre incomoda. Y cuando circulamos, el pasajero se sienta en las plazas traseras en diagonal, como marcan las normas”.

Pero son, sin duda, los conductores que están trabajando en primera línea, los conductores de ambulancia, de autobuses y transportistas, entre otros, los que están expuestos a un mayor nivel de estrés y de presión. Como bien explican en Fesvial, “un cierto nivel de estrés es necesario para salir con éxito de numerosas situaciones, como la que se vive actualmente en nuestra sociedad”. El problema es que, si esta situación de estrés se alarga en el tiempo o no sabemos encontrar un equilibrio emocional, las consecuencias pueden afectar a la conducción mostrando una conducta más agresiva, menos tolerante o un aumento de las distracciones.

El estrés, el miedo... al volante pueden provocar ataques de pánico. Si te ocurre, detén el vehículo en un lugar seguro y espera a que se te pase.
El estrés, el miedo... al volante pueden provocar ataques de pánico. Si te ocurre, detén el vehículo en un lugar seguro y espera a que se te pase.

“Conduzco con EPI, por carreteras secundarias…, el estrés es máximo”

No lo tiene tan sencillo Raúl Esquinas cada vez que se pone al volante de la ambulancia porque en su caso tiene que lidiar con los peligros de conducir por pueblos con calles muy estrechas, y por carreteras secundarias, sorteando tractores y animales cinegéticos o salvajes objetos de caza. “Hay que añadir que ponernos el traje EPI nos supone un gran esfuerzo y un agobio porque da calor, por la mascarilla y las gafas. Tenemos que conducir con todo este equipamiento, las gafas reducen el nivel de luz, se empañan y tenemos que ir mucho más atentos a la conducción, sumando un nivel de estrés superior porque sabemos que vamos a atender una patología grave”, explica.

Pero el miedo real de Raúl no está en el momento de la conducción, como tampoco lo está para un Guardia Civil, un conductor bombero, de autobús, de un camión… Lo que de verdad está provocando ansiedad y un aumento del estrés en estos conductores profesionales es el miedo a contagiarse ellos mismos y, aún peor, llevar el virus a su familia.

Con el estado de alarma se han ampliado los periodos de conducción diaria para los transportistas.
Con el estado de alarma se han ampliado los periodos de conducción diaria para los transportistas.

Fatiga y falta de protección, ¡transportistas en peligro!

Ángel R.V. lleva 24 años conduciendo camiones. Dice que con el estado de alarma el trabajo sigue siendo el mismo, pero mucho más estresante y en condiciones peores. “Estamos muy expuestos al contagio porque estamos en contacto con mucha gente, nos toca cargar residuos de hospitales, no podemos ducharnos tan a menudo porque los baños de carretera están cerrados, malcomemos porque los restaurantes y cafeterías también están cerrados… y a todo esto se suman más horas de trabajo, largas colas de camiones para descargar la mercancía porque se colapsan los almacenes… y no podemos ir a ningún sitio, tenemos que quedarnos alrededor del camión y sin hablar mucho con otros compañeros porque, aun manteniendo la distancia, tienes miedo de contagiarte, se queja. “Y si nos toca ir en cabina con un compañero, el riesgo se multiplica. Se supone que tenemos que ir con la mascarilla puesta pero después de una hora con ella conduciendo no hay quien la aguante”, sigue diciendo.

Ángel R.V. lleva 24 años conduciendo camiones. Dice que con el estado de alarma el trabajo sigue siendo el mismo, pero mucho más estresante y en condiciones peores.
Ángel R.V. lleva 24 años conduciendo camiones. Dice que con el estado de alarma el trabajo sigue siendo el mismo, pero mucho más estresante y en condiciones peores.

Los camioneros pasan muchas horas al volante, la mayoría de las veces solos, cuando tienen que descargar también tienen que estar horas esperando a que les toque su turno y en peores condiciones que antes del estado de alarma. “Son muchas horas y mucho tiempo de aburrimiento en el que el camión está parado, pero tú no descansas. Además, vamos con las prisas a todos los lados para hacer los servicios, y el estrés y no dormir lo suficiente nos provoca mucha fatiga y cansancio. Ya he visto varios camiones volcados, sobre todo por la noche”, nos cuenta Ángel.

Y es que hay que tener en cuenta que con el estado de alarma se han ampliado los periodos de conducción diaria para los transportistas. Ahora pueden conducir 10 horas al día (antes 9) realizando los descansos correspondientes, que también se han reducido. También pueden sustituir un descanso semanal de 45 horas por uno de al menos 24 horas sin necesidad de compensar esas horas, además, la modificación de la norma durante el estado de alarma les permite tomar su descanso semanal en el vehículo, siempre que esté estacionado y correctamente equipado.

“Sin tráfico, ni pasajeros, me despisto más”

Son muchos los colectivos de conductores que están dando más del 100% para solventar de la mejor manera posible esta situación que nos está tocando vivir con la pandemia del Covid-19. Es el caso de Roberto T.P., un conductor de autobús de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), que también pertenece al Movimiento de Voluntarios que han creado sus empleados. Hoy le ha tocado cubrir la línea gratuita que traslada a sanitarios y voluntarios al hospital de Ifema. “Estoy viviendo estas semanas con mucho miedo, los primeros días conducía muy estresado, obsesionado porque pensaba que llevaba el virus a mi casa, y eso que en el autobús vamos muy protegidos y el contagio es mínimo, pero no dejas de estar en la calle y además soy asmático”, nos cuenta.

Roberto Trans, conductor de autobús de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), está viviendo estas semanas con mucho miedo por el riesgo al contagio y a qué pasará después.
Roberto Trans, conductor de autobús de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), está viviendo estas semanas con mucho miedo por el riesgo al contagio y a qué pasará después.

Al volante está notando las ventajas de conducir sin atascos, pero no es oro todo lo que reluce. “Nuestra conducción es activa y tenemos que estar al 100%. Estamos acostumbrados al tráfico, a mucho volumen de gente y estos días sin apenas pasajeros, te relajas, te da por pensar más y pierdes la atención en la conducción, noto que voy más relajado”.

Coches de la Guardia Civil, de dos en dos

Más fácil lo tiene la Guardia Civil estos días, “las carreteras están despejadas, no usamos trajes EPI, tratamos de ir una persona por coche -siempre que hay unidades suficientes- circulando uno detrás del otro, y si tenemos que ir dos en un coche, acordamos que siempre conduzca el mismo para evitar al máximo el riesgo de contagio, que es ahora una de nuestras preocupaciones”, nos cuenta Pedro, Guardia Civil en Madrid.

El nivel de trabajo de los agentes de tráfico se ha reducido mucho. Sobre todo, controlan que los vehículos que circulan cumplen las normas de circulación y del estado de alarma, “nuestras únicas barreras son el uso de mascarilla, guantes, gel desinfectante y mantener la distancia cuando hablamos con los conductores, y aunque son pocos, sí seguimos detectando algún conductor con tasa de alcoholemia superior a la permitida”, explica.

El nivel de trabajo de los agentes de tráfico se ha reducido mucho. Sobre todo, controlan que los vehículos que circulan cumplen las normas de circulación y del estado de alarma.
El nivel de trabajo de los agentes de tráfico se ha reducido mucho. Sobre todo, controlan que los vehículos que circulan cumplen las normas de circulación y del estado de alarma.

“Más animales en las carreteras”, los bomberos alertan

En el caso de los bomberos, ahora no les hace falta correr cuando van a un aviso, “la velocidad media es más constante, no hay tráfico en los cruces y a menor velocidad llegamos incluso antes, en autovía sí apretamos el acelerador a tope”, explica Antonio O.V., bombero conductor del Ayuntamiento de Madrid. La mascarilla para conducir no le molesta, “no resta libertad de movimientos para conducir y las gafas protectoras me las pongo cuando salgo del camión porque conduciendo se me empañan”, nos cuenta. “El problema es que hay servicios más complicados y llega un momento en el que se te olvida que no debes tocarte la cara”. Después de cada aviso, desinfectan el camión, sus botas, las manos… “de hecho, ya empiezo a notar la garganta afectada por tanta lejía”.

Antonio tiene muy asumido su trabajo como bombero conductor y la atención al volante es siempre máxima, pero como muchos otros conductores, también coge su coche particular para llegar a su puesto de trabajo y es en esos momentos cuando más le da vueltas a la cabeza y aparece el miedo. “Lo que más me está asustando estos días es el aumento de animales que están invadiendo las carreteras porque apenas hay coches, se te pueden cruzar en cualquier momento y hay que extremar las precauciones cuando coges una curva o llega un cambio de rasante, es importante reducir la velocidad e ir muy atento”, aconseja.

Antonio O.V., bombero conductor en Madrid, se ha cruzado con varios animales cuando conduce su coche particular desde la sierra a su puesto de trabajo. "Están invadiendo las carreteras vacías".
Antonio O.V., bombero conductor en Madrid, se ha cruzado con varios animales cuando conduce su coche particular desde la sierra a su puesto de trabajo. "Están invadiendo las carreteras vacías".

El día a día como conductor de una funeraria

No menos estresante es el día a día de Javier V.G. que lleva 12 años trabajando en una funeraria en Madrid. “El tema de los sentimientos y las emociones los tenemos más controlados pero la gravedad del coronavirus te afecta bastante, tienes miedo a contagiarte y le doy más vueltas a la cabeza. Esto lleva a que a veces no te das cuenta de lo que estás haciendo, por eso, un truco que utilizo para concentrarme en la conducción es ponerme siempre por obligación el navegador GPS con la ruta, aunque sepa a dónde tengo que ir, además, me ayuda a no sobrepasar la velocidad”, dice.

"Para concentrarme en la conducción me pongo siempre el navegador"

Durante el estado de alarma Javier ha sustituido su traje con corbata por un traje especial con gafas protectoras y una mascarilla que “hasta me resulta más cómodo que conducir con la chaqueta y la corbata. También uso doble guantes de látex que no me resultan incómodos. Lo prefiero así para estar más protegido”, matiza.

¿Qué hacer para que el estrés no te afecte al volante?

En estos días, con la amenaza del coronavirus sobre la población, cuanto mayor sea la protección que llevemos si tenemos que salir de casa por causa justificada, mayor será nuestra tranquilidad y conduciremos con menos nivel de estrés. Pero no es tan sencillo controlar las emociones o enfrentarse a una situación desconocida, una amenaza, un desafío…, situaciones, no obstante, que pueden aparecer ante cualquier conductor en su día a día. El estudio Zen Driving, realizado por Prevensis con la colaboración de Unespa, afirma que sólo uno de cada tres conductores sabe manejar sus emociones. ¿Qué podemos hacer para que nuestras emociones no pongan en riesgo nuestra conducción?

El estudio Zen Driving, realizado por Prevensis, afirma que sólo uno de cada tres conductores sabe manejar sus emociones.
El estudio Zen Driving, realizado por Prevensis, afirma que sólo uno de cada tres conductores sabe manejar sus emociones.

La primera solución, y la que está a nuestro alcance como conductores responsables, está en dormir las horas adecuadas, no beber alcohol ni consumir drogas, no automedicarse y reducir el consumo de tabaco, café u otros estimulantes. Y, por supuesto, cumplir las normas de circulación, ponerse el cinturón de seguridad, el casco si vas en moto, no usar el móvil, no exceder la velocidad, respetar los semáforos

En el caso de que el estrés, el miedo, la ansiedad… empiecen a tomar el control sobre nuestras acciones, debemos recurrir a otras técnicas que nos ayuden a centrarnos en la conducción. En el Instituto de Movilidad Sostenible hablan de ‘Movefulness’ porque aplican las herramientas del mindfulness a la movilidad. “Mientras voy conduciendo puedo entrenar mi cerebro para no perder la atención en la conducción. Antes de empezar es muy importante que estemos correctamente sentados al volante, en una posición cómoda y lo más recta posible porque así tomaremos conciencia de nuestra respiración”, explica Efa Rimoldi, instructora de mindfulness.

Siéntate bien, respira y fíjate en el entorno

Efa nos propone lo siguiente: antes de iniciar la marcha, respiro y visualizo la ruta que tengo que hacer y mientras voy conduciendo realizo pequeñas prácticas de unos tres minutos. En un trayecto de media hora puedo hacer dos prácticas, en los primeros tres minutos tomamos conciencia de uno mismo, de cómo estamos sentados, de nuestra respiración… y en el segundo tiempo me fijo en lo que me rodea, el semáforo que se pone en rojo, en un coche verde que pasa a nuestro lado, en el peatón que está a punto de cruzar un paso de cebra…

“Si realizamos estas pequeñas prácticas, tras 30 o 40 días las empezaremos a realizar de forma más natural. Es importante centrarse en la conducción, sobre todo cuando conducimos vehículos cada vez más automatizados, porque acabamos divagando y distrayéndonos más”, explica Efa Rimoldi.

Aplicar técnicas de mindfuness a la conducción ayuda a concentrarse al volante y no perder la atención de lo que estamos haciendo. Las distracciones son un factor clave en los accidentes de tráfico.
Aplicar técnicas de mindfuness a la conducción ayuda a concentrarse al volante y no perder la atención de lo que estamos haciendo. Las distracciones son un factor clave en los accidentes de tráfico.

Es lo que hace Roberto T.P. cuando conduce su autobús de la EMT en Madrid, “voy buscando los semáforos, me fijo en el entorno, en las calles, si hay gente en las paradas…, así me activo y no me despisto ahora que la conducción es más relajada”.

"Trato de desconectar del todo y pienso en mi niño de tres años"

“Yo pienso que mi trabajo me encanta, me concentro en realizar ese aviso concreto y cuando terminamos trato de desconectar del todo y pienso en mi niño de tres años y en mi familia”, explica Raúl Esquinas, sanitario conductor de ambulancia en la zona norte de Córdoba. “No tenemos psicólogos y cada uno nos buscamos nuestros propios métodos, también nos ayudamos mucho entre los compañeros”.

La positividad y la empatía ayudan ante el estrés

En el caso del bombero conductor, nos cuenta que cuando están en plena intervención tratan de llevar la mente con pensamiento positivo, “conduzco seguro de que voy a encontrar el lugar del suceso y que vamos a ser capaces de resolverlo”, nos cuenta Antonio. “Es una situación complicada, estamos preocupados por lo que está pasando y si, antes en el camión, íbamos charlando, ahora vamos muy callados, entre los compañeros no nos damos abrazos, chocamos las manos… se nota la tensión en el ambiente”, dice Ángel.

“A los agentes de la Guardia Civil nos dan cursos para entender las emociones, como el miedo, la ira, la frustración o la rabia, que pueden manifestar el ciudadano, tratamos de gestionarlas psicológicamente e impedimos que se conviertan en causa de un conflicto o incidente”, cuenta Pedro.

La agresividad y la falta de tolerancia con otros conductores o usuarios son unas de las consecuencias que provoca el estrés.
La agresividad y la falta de tolerancia con otros conductores o usuarios son unas de las consecuencias que provoca el estrés.

El estrés te puede hacer enfermar

Son muchas las técnicas o herramientas que podemos utilizar para que el miedo, el estrés y la fatiga no se apoderen de nuestra conducción. Ya hemos dicho que el estrés es bueno, pero hasta cierto nivel, cuando lo sobrepasamos puede conllevar consecuencias, tanto en la seguridad vial como en el sistema inmunológico. Nos lo dice Efa Rimoldi, “es muy probable que estos conductores que hoy están sometidos a altos niveles de estrés, en el plazo de unos seis meses, puedan desarrollar enfermedades, al igual que ocurre cuando comes o duermes poco, tu sistema inmune se debilita”.

Tanto si tienes que conducir estos días durante el estado de alarma como si en tu día a día te ves sobrepasado por el estrés y las emociones, es importante que sigas estas recomendaciones que hemos analizado. "Hay que centrarse en las cosas que están en nuestra mano y no ponerse metas inalcanzables o gastar energía en lo que no está a nuestro alcance", concluye la experta Efa Rimoldi.

La ansiedad, el miedo, la presión… no son buenos aliados de la conducción cuando nos provocan distracciones, agresividad o agotamiento. Es importante conducir con atención para evitar accidentes. ¡No lo dudes!, ante un ataque de pánico o ansiedad, para el coche en un lugar seguro. Protege tu seguridad y la de los demás usuarios de las vías.

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